miércoles, 28 de mayo de 2008

Elisabetta Sirani (1638-1665)

 Autorretrato como alegoría de la Pintura (1658) Museo Pushkin, Moscú
 

Bolonia es reconocida como la ciudad que produjo mayor cantidad de pintoras en el siglo XVII, hecho que se debe en parte a que allí la mujer logró muchos avances en el reconocimiento de sus derechos. Fue en este lugar donde nació Elisabetta, en el año 1638, y como la mayoría de las artistas de la época aprendió a pintar con su padre, Giovanni Sirani -seguidor del estilo de Guido Reni- aunque este en principio rechazara la idea de que su hija se convirtiese en pintora. Afortunadamente, la joven recibió el apoyo de quien luego sería su biógrafo, el conde Carlo Cesare Malvasia, comenzando su desarrollo como pintora en el año 1650.

A los 19 años Elisabetta comenzó a pintar como actividad profesional y pronto se hizo cargo del taller de su padre cuando se encontró incapacitado por la gota, una enfermedad que ataca las articulaciones. A través del arte, la joven pudo mantener a sus padres y sus tres hermanos.


Elisabetta trabajaba con asombrosa rapidez. Su taller llegó a ser visitado por amantes del arte de toda Europa, interesados en presenciar su proceso pictórico. Se cuenta que muchos dudaban que ella pudiera realizar con tanta rapidez una obra, por lo que llegó a convocar a los incrédulos el 16 de mayo de 1664 para que fueran testigos de su manera de pintar.

La pintura, el dibujo y el grabado no fueron las únicas actividades cultivadas por esta artista; también incursionó en la música y la poesía. En todos estos ámbitos desarrolló sus obras en torno a temas históricos y religiosos. También realizó retratos, pero lamentablemente ninguno ha sobrevivido, salvo sus autorretratos.

Un ejemplo de tema histórico es su obra “Porcia hiriéndose el muslo” (1664), que representa a la esposa de Brutus tratando de probar a su marido que es digna de su confianza, hiriéndose el muslo para demostrar su valentía, cualidad asociada comúnmente con los hombres. Esta es una escena de Julio César, como está contada por Shakespeare.

En su temática religiosa tuvo gran aprecio de la Iglesia, que luego de conocer sus aguafuertes le hizo varios encargos, entre los que se encuentra “El Bautismo de Cristo” para la iglesia de Certosini.

También la nobleza se interesó en el trabajo de Elisabetta. Entre sus clientes más prominentes se encuentra el Gran Duque Cosimo III de Medici. En 1644 pintó el retrato del Príncipe Leopoldo de la Toscana, y el Príncipe Heredero de la Toscana le encargó una Virgen.

El estilo de su pintura difiere un poco del de sus dibujos a lápiz y tinta, caracterizados por fuertes contrastes de luz y sombra. En concordancia con la escuela clásica boloñesa, en su pintura suaviza más los contrastes con sombras tostadas. La composición es simple, la pincelada rápida. Algunos califican su estilo como de tendencia decorativa y otros también han notado dificultades en sus dibujo anatómico, tal vez por no poder representar desnudos con modelos vivos.

Elisabetta tuvo una muerte temprana que sólo le permitió desarrollar una carrera de una década, en la que tuvo una producción de casi 200 obras. Tenía 27 años cuando comenzó a sufrir fuertes dolores estomacales que provocaron repentinamente su deceso. Su padre sospechó que había sido envenenada por una mucama celosa, a quien llevó a juicio, pero la muchacha fue absuelta. Una autopsia que se realizó ante testigos mostró varias úlceras perforadas en el estómago de Elisabetta. Hoy se cree que la presión bajo la cual trabajaba fue probablemente la causa de su enfermedad. Su funeral fue realizado con grandes honores, con un catafalco representando el Templo de la Fama que contenía una estatua de la artista sentada frente a su caballete, en tamaño natural.
Como legado, esta artista no sólo dejó sus obras. También tuvo el mérito de haber fundado una Escuela de Arte para mujeres a la temprana edad de 14 años, de donde surgieron varias pintoras profesionales, entre las cuales se encontraban sus dos hermanas menores, Anna María y Bárbara.



 Retrato de Beatrice Cenci.

 Retrato de Anna Maria Ranuzzi Marsigli como Caridad (1665)
Óleo sobre lienzo, 96 x 78 cm.,  Bolonia

 San Jerónimo, Óleo sobre lienzo, 102 x 84 cm
colección privada

 Judith con la cabeza de Holofernes, óleo sobre lienzo, 236 x 183 cm
Lakeview Museo de Artes y Ciencias, Peoria

 Joven San Juan Bautista (1665) Óleo en lienzo sobre tabla,  
70 x 48 cm, Colección privada

Virgen y el Niño (1663)
Óleo sobre lienzo, 86 x 70 cm
Museo Nacional de Mujeres en las Artes, Washington


La pulga, óleo sobre lienzo, 100 x 76 cm, colección privada
 

Porcia hiriéndose el muslo (1664) óleo sobre lienzo, 101 x 138 cm
Fundación Stephen Warren Miles y Marilyn Ross Miles, Houston




Fuentes:
Elisabetta Sirani - WikipediaElisabetta Sirani - Everything2
Elisabetta Sirani -Clara Database of Women Artists
Elisabetta Sirani - Luisa Elena Betancourt

2 comentarios:

  1. Me ha gustado tanto esta página que te he dedicado una entrada a ti y a las pintoras de la historia del arte en mi propio Blog. Te animo a seguir metiendo temas.
    Muchas gracias!!

    http://www.pinturayartistas.com/recuperemos-a-las-mujeres-pintoras-de-la-historia/

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  2. Quiero agradecerte el trabajo que le has dedicado a este blog. Es un placer visitarlo.

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